Una de las instantáneas más comentadas durante esta campaña no se ha tomado durante la misma, ni siquiera en las últimas semanas, meses, años o lustros. La fotografía más recurrente de esta pugna electoral se remonta a mayo de 1996. En ella, Arenas y Griñán ejercían los papeles protagonistas.
Era el fin del felipismo y el comienzo del aznarismo. Ya saben, los socialistas habían perdido las elecciones generales y, tras catorce años al frente del Ejecutivo español, el PSOE abandonaba la Moncloa. Tocaba cambio de Gobierno y, en esos momentos, Griñán y Arenas ya pululaban por los pasillos de la política nacional. Y es que, aunque pasen los años, las caras continúan siendo las mismas –eso sí, con más canas-.
Tras la derrota de González, el equipo de José María Aznar comenzaba a asumir responsabilidades. Evidentemente, tocaba traspasar carteras. Y, precisamente ahí, se vieron las caras Griñán y Arenas; que, en el Ministerio de Trabajo, el segundo daba el relevo al primero. Curioso, desde luego, que Chaves ya ocupara ese puesto entre 1986 y 1989 –el actual presidente de la Junta lo hizo entre 1993 y 1996-. Porque, de ganar el PP las elecciones del 25 de marzo, se repetirá la historia: por el mismo sillón, esta vez de acento andaluz, se habrán sucedido Chaves, Griñán y Arenas. Ahora, los socialistas temen que se repita aquella foto tan odiada por el líder del PSOE-A.
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