miércoles, 28 de marzo de 2012

La rabia cavernaria

Nació en el entorno futbolero y catalán; y ya se extendió por todo el país. Ahora, caverna es sinónimo de Madrid. Ahora, caverna es sinónimo del periodismo más recalcitrante y rancio de la capital; aquel que tiende al centralismo de forma exagerada y que olvida que la nación -aquella con la que se les llena la boca- no se acaba en la Castellana. Caverna son aquellos que tienden a ignorar a los 41 millones de españoles que viven fueran de los dominios de Esperanza Aguirre. Caverna son quienes parecen no aceptar los resultados del 25 de marzo en Andalucía, quienes han optado por el insulto contra los andaluces, quienes recurren a términos como "ignorantes" o "desinformados".

"Si algo produce la sarta de pamplinas cavernarias que llega desde los rincones mediáticos más casposos de Madrid por el resultado de las elecciones autonómicas en Andalucía es cansancio. Un hastío infinito ante determinadas fijaciones obsesivas que han roto aguas cuando algunos se han topado con un final que la gran mayoría no se esperaba, empezando por mí mismo", así lo explica, por ejemplo, el director de El Correo de Andalucía, Juan Carlos Blanco: "Si a alguien le vienen mal estas ‘ayuditas’ es precisamente al PP, que con estos amigos no ganarán en la vida por mayoría absoluta en Andalucía".

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