viernes, 17 de mayo de 2013

Volver sin querer volver, no es volver

Volver sin querer volver, no es volver. Es sólo estar juntos, sin estarlo. Mirarnos, sin vernos. Hablarnos, sin escucharnos. Es volver para nada, para no levantar cabeza, para mirar al suelo, para tener remordimientos por lo que no hicimos -o por lo que sí hicimos-. Volver sin querer volver, es un error a medias. Pero, al fin y al cabo, es un error. Es regresar a la incertidumbre, al qué dirán, al qué comentarán ahora. Es volver a la charla anodina. Es volver por pasar el domingo. Es encender la tele para echar el rato. Es mirar a unas estrellas que no brillan. Es escudriñar la nimiedad, el pasotismo, el esto ya no vale para nada, no llega a ningún lado. Volver sin querer volver, no es volver. Y el fin de semana vuelve la Liga. Y vuelve el Barça, que ya la ganó. Y el Madrid volverá después. Y nos dará igual porque ya sabemos qué pasó, cómo terminó. Así que me pregunto para qué vuelven, para qué regresan, para qué rueda el balón por el campo, para qué pita el árbitro, y para qué levanta el linier su banderín. Si nos da igual, si sabemos que realmente no vuelven, que vuelven a medias, como los amantes que se quisieron y que ahora sólo quieren ese amor que se tuvieron en el pasado. Ese que ya no existe.

1 comentario:

  1. !Qué bonitooooooooooooooo!.
    Esto es describir poéticamente una realidad.
    diez.

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