domingo, 17 de febrero de 2013

La trascendencia futbolística de Uruguay

Uruguay es un curioso fenómeno futbolístico. Un país de apenas tres millones de habitantes, que ha criado -sigue haciéndolo- jugadores desequilibrantes y diferentes. La Celeste es parte importante en la historia de este deporte. Un equipo con pasado y presente. Una especie de Holanda latinoamericana. Por ello, cuando el balón echó a rodar en Catar, España no afrontaba sólo un encuentro amistoso. La Roja se jugaba su estatus de vigente campeona de Europa y del mundo; y los charrúas el prestigio conseguido en 2011 al vencer en la última Copa América, convirtiéndose entonces en la selección que más veces ganó dicho trofeo (15). Un desafío para los hombres de Vicente del Bosque, que manejaron los tempos del partido y regresaron del país árabe con una nueva victoria en su haber (3-1).

Los españoles impusieron su control y toque durante, prácticamente, los 90 minutos. Y cuando no lo hicieron, en los tramos importantes del partido, en los decisivos, en aquellos en los que un error o un acierto te cuesta caro; los jugadores de La Roja entendieron que había que recurrir a la casta y al oficio que se les atribuye a los conquistadores de Sudáfrica. España supo también ser intensa, pelear cada balón, disputárselo a unos celestes bien armados en el campo: tensos, agobiantes, potentes.  Un disparo lejano de Cesc adelantó a España gracias a la pifia del portero uruguayo, Muslera, que no atajó el tiro desde 30 metros del jugador azulgrana. Pero los charrúas no le perdieron la cara al partido y, de hecho, a pocos les debió extrañar que el Cebolla Rodríguez igualara el encuentro, tras un precioso pase entrelíneas de Martín Cáceres.

A partir de ese instante, tocaba ser competitivo. La Selección española lo fue. Un Busquets omnipresente, como acostumbra, se adueñó del centro del campo y se ocupó de la basculación de La Roja. Iniesta comenzó a deslumbrar a sus oponentes, a danzar con la pelota pegada al pie, a embelesar al espectador con su técnica exquisita. Y Cazorla gestó la transición del juego, apoyado arriba por Cesc, Mata y Pedro. Este último se encargó de desequilibrar de nuevo el marcador. El delantero del Barça recogió en la segunda parte un balón de Piqué, con Uruguay encerrada en torno a su área, y cruzó la pelota. Lejos de Muslera. Después marcó su segundo gol y ratificó la victoria de España, que se dedicó entonces a dormir el esférico, mientras la Celeste malgastaba su último aliento.

El encuentro también sirvió para ver a Puyol cumplir 100 partidos con la Selección y a Valdés como sustituto de Casillas, perfilado ya como el portero titular frente a Francia. Uruguay y España volverán a verse las caras en la fase de grupo de la Copa Confederaciones de Brasil 2013. La Roja ya conoce la historia de los charrúas y respeta a la Celeste; porque sabe, como dijera Ángel Cappa, que “Montevideo es un campo de fútbol con casas”.

España: Valdés; Azpilicueta, Sergio Ramos, Puyol (Piqué, 46'), Jordi Alba (Monreal,78'), Busquets, Cazorla (Mario Suárez, 70'), Iniesta (Isco, 60'), Pedro (Negredo, 75'), Cesc y Mata (Villa, 46').
Uruguay: Muslera, Pereira, Lugano, Godín, Martín Cáceres, González (Matías, 80'), Diego Pérez (Arevalo Ríos, 65'), Lodeiro (Gargano, 77'), Cebolla Rodríguez (Chory Castro, 69'); Cavani (Forlán, 70') y Luis Suárez.
Goles: 1-0. min. 16. Cesc; 1-1. min. 32. Cebolla Rodríguez; 2-1. min. 51. Pedro; 3-1. min. 74. Pedro


Escrito para E. P. UAM-El País (6-02-2013)

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